Conciertos

Los amores del camarada errante


Palacio Euskalduna,Bilbao.   19:30 h.

Programa 3. Abono de inciación.

Ramón Tebar, director
Sasha Cooke, mezzosoprano


I

GUSTAV MAHLER (1860 – 1911)

Lieder eines fahrenden Gesellen

I. Wenn mein Schatz Hochzeit macht
II. Gieng heut’ Morgen über’s Feld
III. Ich hab’ ein glühend Messer
IV. Die zwei blauen Augen

Sasha Cooke, mezzosoprano

II

SERGEI RACHMANINOV (1873 – 1943)

Sinfonía nº 2 en mi menor Op. 27

I. Largo – Allegro moderato
II. Allegro molto
III. Adagio
IV. Allegro vivace

Dur: 100’ (aprox.)

FECHAS

  • 16 de octubre de 2025       Palacio Euskalduna,Bilbao      19:30 h. Comprar Entradas
  • 17 de octubre de 2025       Palacio Euskalduna,Bilbao      19:30 h. Comprar Entradas

Venta de abonos, a partír del 8 de julio.
Venta de entradas, a partir del 15 de septiembre.

Conoce aquí todas las ventajas de ser abonado de la BOS


Románticos y errantes

Los dos compositores que nos convocan esta tarde eran, en cierto modo, nómadas involuntarios; espíritus errantes que anhelaban la resolución de sus crisis ideológicas, espirituales, estéticas o amorosas y que tuvieron que conformarse con el talismán de la música como salvoconducto hacia la catarsis y la felicidad. Cincuenta años duró el peregrinaje vital de Gustav Mahler. Apenas setenta la biografía completa de Sergei Rachmaninov.

Pero hay un enlace más concreto entre ambos que surge de su encuentro en Nueva York a principios del siglo XX. Una experiencia que Rachmaninov “atesoraba" y cuya esencia es la que sigue. El ruso había compuesto su Tercer Concierto para piano con el fin de hacer su presentación como pianista en Estados Unidos. El estreno tuvo lugar el 28 de noviembre de 1909 con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Nueva York dirigida por Walter Damrosch. Unas semanas más tarde se interpretó de nuevo bajo la dirección de Mahler. Era el 16 de enero de 1910 y Rachmaninov lo recordaba de esta manera: “Mahler tocó enseguida mi corazón de compositor al dedicarse a mi concierto hasta que el acompañamiento -que es bastante complicado- estuvo ensayado a la perfección. Según Mahler, cada detalle de la partitura era importante, una actitud que, desgraciadamente, es rara entre los directores de orquesta.” Desde una perspectiva melómana, solo cabe añadir esto: ¡Quién hubiera estado allí!

Rachmaninov no debía entonces sospechar que, pasada una década, aquel país se convertiría irremediablemente en su nuevo hogar pues, tras el estallido de la Revolución de 1917, no regresó nunca a su tierra natal. Este hecho alimentó la melancólica alma rusa de un errabundo obligado a seguir una trayectoria profesional que encaminó sus pasos hacia el mundo occidental. Además, sus convicciones estéticas lo alejaron de su tiempo y lo convirtieron también en un desterrado de la modernidad musical. Estas coordenadas espacio-temporales lo apartaban del camino establecido por la crítica, aunque no de un público que lo veneraba.

Gustav Mahler (Kaliste, 1860 – Viena, 1911) era, más bien, un exiliado de la certeza. Alguien que buscaba la trascendencia compulsivamente y sin tregua y que se sumergió de lleno en la música con el afán de que esta resolviera sus incertidumbres, sus contradicciones y sus temores. No lo logró, pero a cambio nos dejó un catálogo emocionante y personalísimo que nos permite intuir, a través del sonido, una brizna de lo inefable y, tal vez, de lo eterno.

Y es que cada una de las partituras que escribió fue un intento de responder a las tercas preguntas que agitaban su existencia. Más aún, Mahler pretendía que la composición le proporcionara el sosiego con el que iluminar su recorrido vital. Un itinerario de nómada existencial que le llevaba de manera recurrente a innumerables reflexiones e interrogantes: la vida, la muerte, el sufrimiento, el amor, la fe… Su necesidad imperiosa de encontrar el camino de la verdad se volvió obsesiva. Quizá debiera haber leído (imposible cronológicamente, aunque no por mucho) los versos de Machado: “se hace camino al andar”.

Lo que si descubrió pronto Mahler fue el vehículo de su expresión humana y artística. En realidad, fueron dos los vehículos: la canción y el tejido sinfónico, a través de los cuales nos regaló su creatividad y su oficio. Su imaginación sonora tenía como nutriente un buen puñado de ideas poéticas que enlazaban a la perfección con sus vivencias. En este sentido, Mahler fue un compositor plenamente lírico que enriqueció su producción vocal con un extraordinario manejo de la orquestación. En el desarrollo de esta habilidad influyó, sin duda, su desempeño profesional como director de orquesta desde el inicio de su carrera.

Precisamente en una de las primeras ciudades donde obtuvo este cargo, y donde se enamoró perdidamente, halló Mahler el estímulo para escribir los Lieder eines fahrenden Gesellen, traducidas aquí como Canciones de un camarada errante. El episodio es el siguiente. En 1883, con tan solo veintitrés años y habiendo pasado ya por la dirección orquestal en otras tres ciudades, fue contratado como “real director de música y coros” en el Teatro de Ópera de Kassel, uno de los mejores de Alemania en este género. Allí conoció a la cantante Johanna Richter de la que quedó cautivado y, sin hacer referencia a su nombre, confesó esto por carta a un amigo: “He compuesto un ciclo de lieder. Todos dedicados a ella. ¿Qué pueden decirle que ya no sepa? Están  pensados de manera conjunta, como si un camarada errante, hostigado por la fatalidad, saliese a recorrer el mundo caminando”.

Los textos son del propio Mahler, que encontró la inspiración en su experiencia personal y también en Des Knaben Wunderhorn, una extensa recopilación de canciones populares alemanas hecha a principios del siglo XIX por Achim von Arnim y Clemens Brentano, que se suele traducir como “El cuerno mágico del muchacho”. Esta mirada a la poesía popular, tan querida en el primer romanticismo, el estilo compositivo y la temática del errabundo que huye en vano de su destino, recogen el eco de los dos grandes ciclos de canciones de Schubert: La bella molinera y Viaje de invierno. Tanto en las piezas mahlerianas como en las schubertianas se palpan la ilusión y el desengaño amorosos, el deambular del artista por un mundo extraño o la doble visión de la Naturaleza como algo reconfortante y también amenazador, que se presenta ante nosotros repleta de símbolos, presagios y metáforas. Pero Mahler va mucho más allá en la orquestación que aquel compositor del incipiente romanticismo. En parte, porque el potencial del conjunto instrumental era mucho más poderoso a finales de siglo que en sus albores y, en gran medida, porque el director Mahler conocía las posibilidades instrumentales desde dentro y sabía cómo ponerlas al servicio de sus intereses expresivos. Desde ese momento, los ciclos de canciones no fueron lo mismo y lo que hasta entonces había sido un género en cierto modo intimista o de cámara, se desplazó a las grandes salas de conciertos gracias a la orquesta, colocándose a la altura de otros géneros como la sinfonía, la ópera o el oratorio, capaces de dramatizar ideas.

En el caso concreto de este trabajo de juventud, el tratamiento tímbrico hizo posible que la atmósfera musical trascendiera el texto y que parte de la elocuencia lograda fuese reutilizada por el compositor en su Primera Sinfonía, contemporánea de estas Canciones que escuchamos hoy. Estrenada en 1896 en Berlín, bajo la dirección de Mahler, la obra consta de cuatro canciones. En la primera, “Cuando mi amor se case”, la discrepancia entre el deseo y la realidad se ven reflejadas en los contrastes de tempo, dinámica y carácter de las ideas musicales. La singular combinación de los clarinetes, el triángulo y el arpa como leit-motiv son un feliz hallazgo tímbrico y un contraste delicioso al subrayado que la cuerda hace al canto. En la segunda canción -cuya melodía podemos reconocer en el primer movimiento de la Primera Sinfonía- el paseo campestre supone para el amante despechado un consuelo reconfortante, al menos por un tiempo. La pasión brota desbocada en la tercera canción, un gemido poderoso que se extingue ahogado en su propia violencia tras hablarnos de puñales clavados en el corazón, amores frustrados y ataúdes. Y así, consecuentemente, concluye el ciclo con una marcha fúnebre melancólica y dulce (la volvemos a encontrar en el corazón del tercer movimiento de la Primera Sinfonía) que conduce al protagonista del sueño a la muerte, de forma emotiva pero apacible, en un descanso imperecedero.

Gustav Mahler buscó la trascendencia y logró que se hiciera música. Pero tal vez alguien, por apaciguar su neurosis, debiera haber serenado al camarada errante diciéndole: “Caminante, son tus huellas el camino y nada más”.

Sergei Rachmaninov (Semyonovo, 1873- Beverly Hills, 1943) compuso la mayor parte de sus obras importantes en Rusia. También la Sinfonía nº 2 en mi menor. Y tanto esas composiciones de la primera etapa de su vida como las que escribió en el exilio destilan un romanticismo de aroma netamente ruso. Probablemente fuera la añoranza del expatriado, alimentada por la lejanía y la imposibilidad de volver, la que le llevara a afirmar esto: “La música de un compositor debe expresar su país de nacimiento, sus amores, su religión, los libros que le han influido, los cuadros que ama… Mi música es el producto de mi temperamento, y así es la música rusa”. El hecho es que, entre todos los regalos que le dio la vida -una familia entrañable, un talento extraordinario y una carrera profesional reconocida mundialmente- no figuraba el camino de vuelta a casa. Este fue el gran dolor que ensombrecía su continua y exitosa gira de conciertos -él la denominaba su “perpetuum mobile”- por las salas más renombradas del panorama internacional. Todas menos las del país que le vio nacer y crecer como hombre y como músico. En Rusia fue donde conquistó sus primeros éxitos profesionales: en la composición, en la dirección y en la interpretación pianística. A Rusia es adonde nunca pudo volver por haberse manifestado en contra de los acontecimientos socio-políticos previos a la Revolución de 1917. La realidad fue que Rachmaninov, uno de los últimos compositores-intérpretes, acabó engrosando una de esas comunidades artísticas formadas por pintores, cineastas, dramaturgos, escritores o músicos que, con origen en Viena, Berlín, París o San Petersburgo, fueron enriqueciendo la vida cultural de ciudades estadounidenses como Nueva York o Los Ángeles. Consecuencias de la inmigración.

Estrenada en San Petersburgo en enero de 1907, su Segunda Sinfonía es el claro ejemplo de la madurez creativa de un compositor joven y seguro de su lenguaje. De ambas características se desprenden el arrojo romántico y la certeza en el trazo. De su línea estética brotan el sentido lírico de las melodías, el carácter épico de algunos fragmentos y el intencionado y poético uso del colorido instrumental, en el que destacan las narraciones sublimes del clarinete o de las cuerdas en varios pasajes inolvidables. El espíritu declarada e intencionadamente ruso del sonido se adapta perfectamente al formato sinfónico de tradición austro-alemana y a sus cuatro movimientos. El primero da comienzo con una Introducción tan densa como sugerente, impulsora de unas ideas principales que van construyéndose ante nuestros oídos, creciendo y trasladándose a todas las secciones de la orquesta. Los cambios de atmósfera a lo largo del movimiento, sostenidos por las variaciones rítmicas, las melodías quebradas, la cambiante densidad armónica y el latido permanente y poderoso de una música salida del corazón y del talento, son solo una muestra más de la libertad y veleidad defendidas en el pensamiento romántico. El Allegro molto cabalga entre el vigor de un heroico tema inicial, el arrullo romántico de una melodía de trazo largo, sedosa y bella, y un fugado salvaje y vertiginoso. Y, sin duda, el momento estelar de la sinfonía, esa caricia sonora que esperamos con anhelo desde el patio de butacas, es el que nos ofrece el Adagio, con uno de los temas más emblemáticos del compositor en el que se pone de manifiesto su talento creativo. En él, una melodía de amplio vuelo es sostenida por un conmovedor y elaborado tapiz orquestal en el que las voces de los instrumentos se van tejiendo en una polifonía impecable, elegante y atractiva. Décadas después, muchos cantantes de jazz y de pop lo tomaron prestado (el primero fue Eric Carmen en 1975, con su canción Never gonna fall in love again). Para terminar, un regocijo incontenible estalla en el Allegro vivace, que recoge también algunas de las ideas escuchadas en los movimientos precedentes, resultando, de este modo, resumen y colofón de un pensamiento sinfónico sólido y de alta calidad.

En ese intento de superación de la nostalgia, en esa peregrinación vital en busca de lo inefable, ambos compositores eligieron la música como faro inspirador y luminoso y a ella se consagraron de manera genuina, conectando sus partituras con su propia humanidad. Siempre agradeceremos el disfrute y el bienestar que provocó su búsqueda.

Mercedes Albaina

Textos Cantados

Lieder eines fahrenden Gesellen / Canciones de un compañero de viaje

1.- Wenn mein Schatz Hochzeit macht
Wenn mein Schatz Hochzeit macht,
Fröhliche Hochzeit macht,
Hab’ ich meinen traurigen Tag!
Geh’ ich in mein Kämmerlein,
Dunkles Kämmerlein,
Weine, wein’ um meinen Schatz,
Um meinen lieben Schatz!
Blümlein blau! Verdorre nicht!
Vöglein süß! Du singst auf grüner Heide.
Ach, wie ist die Welt so schön!
Ziküth! Ziküth!
Singet nicht! Blühet nicht!
Lenz ist ja vorbei!
Alles Singen ist nun aus.
Des Abends, wenn ich schlafen geh’,
Denk’ ich an mein Leide.
An mein Leide!

1.- El día en que mi amor se case
El día en que mi amor se case,
el día de su boda, tan dichoso,
¡será mi día más triste!
Me encerraré en mi habitación,
mi oscura y pequeña habitación,
y lloraré, lloraré por mi amor,
¡por mi querido amor!
¡Flor azul! ¡No te marchites!
Dulce pajarillo, que cantas en el prado verde.
¡Ay! ¿Cómo puede ser el mundo tan bello?
¡Pío! ¡Pío!
¡No cantes; no florezcas!
La primavera se acabó.
Basta ya de cantar.
Cuando por la noche me acuesto,
pienso en mi pena,
¡en mi pena!

2.- Ging heut morgen übers Feld
Ging heut morgen übers Feld,
Tau noch auf den Gräsern hing;
Sprach zu mir der lust’ge Fink:
"Ei du! Gelt? Guten Morgen! Ei gelt?
Du! Wird’s nicht eine schöne Welt?
Zink! Zink! Schön und flink!
Wie mir doch die Welt gefällt!"
Auch die Glockenblum’ am Feld
Hat mir lustig, guter Ding’,
Mit den Glöckchen, klinge, kling,
Ihren Morgengruß geschellt:
"Wird’s nicht eine schöne Welt?
Kling, kling! Schönes Ding!
Wie mir doch die Welt gefällt! Heia!"
Und da fing im Sonnenschein
Gleich die Welt zu funkeln an;
Alles Ton und Farbe gewann
Im Sonnenschein!
Blum’ und Vogel, groß und klein!
"Guten Tag, ist’s nicht eine schöne Welt?
Ei du, gelt? Schöne Welt?"
Nun fängt auch mein Glück wohl an?
Nein, nein, das ich mein’,
Mir nimmer blühen kann!

2.- Esta mañana caminé por el campo
Esta mañana caminé por el campo
cuando el rocío cubría cada brizna de hierba.
El alegre pinzón me dijo:
"¡Eh! ¿No te parece? ¡Buenos días! ¿No te parece?
¡Tú! ¿No te parece bello el mundo?
¡Pío! ¡Pío! ¡Bello y brillante!
¡Cuánto me gusta el mundo!"
También, las campanillas en el campo,
alegremente y de buen humor,
tocaron con campanas ¡ding, dong!
su saludo matutino:
"¿No es bello el mundo?
¡Mundo bello! ¡Ding, dong! ¡Bello!
¡Cuánto me gusta el mundo!"
Y después, bajo la luz del sol,
el mundo de repente comenzó a brillar.
¡Los sonidos y el color revivieron
bajo la luz del sol!
¡Flores y pájaros, pequeños y grandes!
¡Buenos días! ¿No es bello el mundo?
¡Eh! ¿No creéis que es bello el mundo?"
¿Ahora también comenzará mi felicidad?
¡No, no la felicidad que yo quiero
jamás podrá florecer!

3.- Ich hab’ ein glühend Messer 
Ich hab’ ein glühend Messer,
Ein Messer in meiner Brust,
O weh! Das schneid’t so tief
In jede Freud’ und jede Lust.
Ach, was ist das für ein böser Gast!
Nimmer hält er Ruh’, nimmer hält er Rast,
Nicht bei Tag, noch bei Nacht, wenn ich schlief.
O Weh!
Wenn ich in dem Himmel seh’,
Seh’ ich zwei blaue Augen stehn.
O Weh! Wenn ich im gelben Felde geh’,
Seh’ ich von fern das blonde Haar
Im Winde wehn.
O Weh!
Wenn ich aus dem Traum auffahr’
Und höre klingen ihr silbern’ Lachen,
O Weh!
Ich wollt’, ich läg auf der schwarzen Bahr’,
Könnt’ nimmer die Augen aufmachen!

3.- Tengo un cuchillo al rojo vivo 
Tengo un cuchillo al rojo vivo,
clavado en mi corazón.
¡Pobre de mí! Corta en lo más profundo
cada alegría y placer.
¡Ay, qué huésped tan malvado!
Nunca descansa ni ceja,
ni de día ni de noche, me deja dormir.
¡Pobre de mí! ¡Pobre de mí!
Cuando levanto la mirada al cielo
veo dos ojos azules.
¡Pobre de mí! ¡Pobre de mí!
Cuando camino por el campo amarillo,
a lo lejos veo su cabello rubio ondear en el viento.
¡Pobre de mí! ¡Pobre de mí!
Cuando despierto de un sueño
y escucho el tintineo de su risa de plata,
¡Pobre de mí! ¡Pobre de mí!
¡Ojalá estuviese en mi ataúd!
¡Ojalá no volviera a abrir ya mis ojos!

4.- Die zwei blauen Augen von meinem Schatz 
Die zwei blauen Augen von meinem Schatz,
Die haben mich in die weite Welt geschickt.
Da mußt ich Abschied nehmen vom allerliebsten Platz!
O Augen blau, warum habt ihr mich angeblickt?
Nun hab’ ich ewig Leid und Grämen.
Ich bin ausgegangen in stiller Nacht
Wohl über die dunkle Heide.
Hat mir niemand Ade gesagt.
Ade! Mein Gesell’ war Lieb’ und Leide!
Auf der Straße steht ein Lindenbaum,
Da hab’ ich zum ersten Mal im Schlaf geruht!
Unter dem Lindenbaum,
Der hat seine Blüten über mich geschneit,
Da wußt’ ich nicht, wie das Leben tut,
War alles, alles wieder gut!
Alles! Alles, Lieb und Leid
Und Welt und Traum!

4.- Los ojos azules de mi amor 
Los ojos azules de mi amor
me han llevado a otro mundo más grande.
¡Tuve que dejar
este entrañable lugar!
¡Oh, ojos azules! ¿Por qué tuvisteis que mirarme?
Salí a caminar en la noche tranquila
en lo profundo del monte oscuro.
Nadie vino a despedirme.
¡Adiós! ¡El amor y la tristeza son mi única compañía!
Ahí, junto al camino, hay un tilo.
¡Y ahí por vez primera encontré el descanso en el sueño!
Bajo el tilo que nevaba
sus flores sobre mí.
¡No supe cómo la vida continuaba,
y todo estaba bien otra vez!
¡Todo! ¡Todo, el amor y la tristeza
y el mundo y el sueño!

Sasha Cooke

Mezzosoprano

La mezzosoprano Sasha Cooke se formó en la Rice University y en la Juilliard School y ha trabajado con algunas de las compañías de ópera, orquestas y directores más importantes del mundo. Reconocida por su versatilidad, su magnetismo dramático y su dominio tanto del repertorio antiguo como del moderno, Sasha disfruta de una carrera internacional tanto en el escenario como en el estudio de grabación y ha sido galardonada con dos premios Grammy. En 2022, Sasha fue nombrada codirectora del Lehrer Vocal Institute de la Music Academy of the West.

Artista prolífica y ecléctica, Sasha ha cantado con Los Angeles Philharmonic, Philadelphia Orchestra, London Symphony Orchestra, Tokyo Symphony, Deutsches Symphonie-Orchester Berlin, Boston Symphony Orchestra, Dallas Symphony Orchestra, Hong Kong Philharmonic, Orchestre Métropolitain de Montreal y New World Symphony bajo la batuta de directores como Yannick Nézet-Séguin, Gustavo Dudamel, Bernard Haitink, Michael Tilson Thomas, James Gaffigan, Sir Antonio Pappano, Edo de Waart, Riccardo Muti, Trevor Pinnock, Harry Bicket, Sir Mark Elder, John Nelson and Krzysztof Urbański.

En el ámbito operístico, ha actuado con la Metropolitan Opera, Opéra National de Bordeaux, Los Angeles Opera, San Francisco Opera, Seattle Opera, Houston Grand Opera, Dallas Opera, Gran Teatre del Liceu y la English National Opera. Entre sus actuaciones más destacadas se encuentran su debut en el papel de Cherubino en Le nozze di Figaro, dirigida por James Gaffigan; Eduige en Rodelinda, dirigida por Harry Bicket; y Kitty Oppenheimer en Doctor Atomic, en el estreno de la obra en la Metropolitan Opera; Hänsel und Gretel para la San Francisco Opera, Los Angeles Opera y la Seattle Opera, el papel protagonista de Orlando para la San Francisco Opera, Thirza en The Wreckers para la Houston Grand Opera, Eduige en Rodelinda para el Gran Teatre del Liceu, el papel protagonista de Marnie de Nico Muhly y Kitty en Doctor Atomic para la English National Opera, y Smeaton en Anna Bolena para la Opéra National de Bordeaux. Creó el papel de Laurene Jobs en The(R)evolution of Steve Jobs, de Mason Bates, para la Santa Fe Opera.

En la temporada 2025/26 Sasha debutará en el papel protagonista de Carmen en la Seattle Opera y su regreso a la Houston Opera para interpretar a Hansel en Hansel und Gretel. En Europa, debutará en el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, interpretando Das Lied von der Erde bajo la dirección de Mark Elder, y cantará por primera vez con la Orquesta Sinfónica de Bilbao en un programa de Mahler en concierto y en un recital con Ramón Tebar tanto en el podio como al piano. Vuelve al Wiener Konzerthaus para interpretar la Tercera Sinfonía de Mahler con Petr Popelka y debuta en el Théâtre des Champs Elysées con el Stabat Mater de Pergolesi con Francesco Corti y la Orquesta Les Ambassadeurs.

Entre los momentos más destacados se incluyen el Réquiem de Mozart con Manfred Honeck y la San Francisco Symphony, El Mesías con Jane Glover y Music of the Baroque y Cristian Mӑcelaru y la Cincinnati Symphony, y Lieder eines fahrenden Gesellen con Earl Lee y la Boston Symphony Orchestra. Volverá a cantar el Réquiem de Verdi con la Philadelphia Orchestra dirigida por Yannick Nézet-Séguin y la Detroit Symphony con Jader Bignamini, y a Sea Pictures de Elgar con Donald Runnicles y la Sydney Symphony. Sasha también se embarca en una gira de recitales con su nuevo programa «Of thee I sing», que destaca la música de compositores estadounidenses y de aquellos que han vivido en Estados Unidos. El programa visitará cinco ciudades de Estados Unidos, entre ellas el Kennedy Center de Washington D.C., el Park Ave Armory de Nueva York y el Gardner Museum de Boston.

El nuevo CD de Sasha, «How do I find you?», se publicó en 2022 con el sello Pentatone, en homenaje a los artistas durante la pandemia de COVID-19.


Ramón Tebar

Director

Ramón Tebar: músico valenciano, pianista, director de orquesta, director artístico y musical de teatros, orquestas y festivales nacionales e internacionales.

Nacido en la ciudad de Valencia en 1978, inició sus estudios musicales en la ciudad que lo vio nacer. Desde muy tierna edad, el impacto que le produjo escuchar a la orquesta de la Unión Musical de Llíria, y los ensayos de la misma banda, despertó en él el amor por la música.

Después de estudiar diferentes instrumentos en Sociedades Musicales valencianas, se decidió por el piano y se graduó con honores y premios de fin de carrera en el Conservatorio Superior de Música Joaquin Rodrigo” de Valencia.

En su ciudad natal tuvo sus primeras experiencias como director de orquesta, profundizando en el repertorio sinfónico, operísticoy, colaborando desde muy joven con las más importantes instituciones musicales valencianas:Instituto Valenciano de la Música, Joven Orquesta de la Comunitat Valenciana, Coro de la Generalitat Valenciana, Teatro Principal, Palau de la Música y el Palau de les Arts.

El piano fue el instrumento que le condujo hacia la dirección de orquesta, entrando en contacto en Valencia con grandes estrellas de la música, como M. Rostropovich o Montserrat Caballé. Esta última le abrió los escenarios internacionales al mismo tiempo que ganaba el concurso de la Joven Orquesta Nacional de España, siendo su director asistente, mientras seguía sus estudios en Paris y Roma.

Con poco más de veinte años obtiene su primer contrato en EEUU, gracias a los consejos de Zubin Mehta, comenzando su relación con América donde llegó muy pronto a ostentar posiciones como director de orquesta de la Opera y la orquestaSinfónica de Palm Beach, delFestival Internacional de Santo Domingo y las óperas de Naples, Miami y Cincinnati.

Ha obtenido éxitos en los más importantes teatros de ópera de Viena, Berlín, Frankfurt, Hamburgo, Dusseldorf, Colonia, Estocolmo, Göteborg, Savonlinna, Turín, Cagliari, Ámsterdam, San Francisco, Denver, Sao Paulo, México, Teatro Colon de Buenos Aires, etc…con orquestas como las sinfónicas y filarmónicas de Cincinnati, Calgary, Copenhague, Londres, Munich, Praga, Malta, Corea, Polonia, Puerto Rico, Armenia, Malasia, Bulgaria, Rouen, San Petersburgo, Moscú, México,… y también ha sido invitado por la mayoría de las orquestas españolas, incluyendo la Orquesta Nacional de España, la Orquesta RTVE, Sinfónica de Madrid, País Vasco, Barcelona, Bilbao, Castilla y León, Córdoba, Galicia, Gran Canaria, Navarra y Oviedo, Teatro del Liceu de Barcelona, Teatro de la Zarzuela, Teatro de Opera de Oviedo, Opera de Las Palmas de Gran Canaria,  entre otros.

Ha realizado grabaciones con algunas de las discográficas más importantes del mundo como UNIVERSAL Music, UNITEL y DECCA.

Después de más de una década de éxitos en EEUU y alrededor del mundo, en 2015, es llamado a Valencia como Director Principal Invitado del Palau de les Arts, y Director Artistico y Musical de la Orquesta de Valencia.

Ramón Tebar ha sido reconocido con varias distinciones y premios que incluyen la Medalla de Honor de la Ciudad de Claire (Francia), el Premio Henry C. Clark en 2010 y 2013 al Mejor Director del Año o el Premio Top 20 under 40 del Miami Herald, 100 españoles por la Marca España.

Recientemente, en EEUU se le entregó la Llave de la Ciudad de Naples y se le nombró Embajador Cultural de dicha ciudad en Florida. El reconocimiento del presidente Obama por ser el primer director de orquesta español en ser nombrado director artístico de una compañía de opera americana llevó a Su Majestad el Rey Felipe VI a otorgarle la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil por sus logros culturales alcanzados fuera de España.

Tebar, es un artista implicado y realiza labores sociales como Director artístico y musical en conciertos benéficos para instituciones valencianas tales como: El colegio de Ntra. Sra de Nazaret en Valencia, en su exitoso concierto para más de 2000 personas en la plaza de la Virgen de Valencia en julio de 2022, y la Fundación Columbus, fundación valenciana que tiene como objeto principal facilitar el acceso a las terapias más avanzadas y efectivas a niñas y niños con cáncer o enfermedades raras para mejorar su esperanza y calidad de vida.

Como director artístico, Tebar desde la creación de la Fundación Columbus, fomenta la cultura musical como herramienta de desarrollo personal y de cohesión social.

Info covid

Agenda de eventos

Lu
Ma
Mi
Ju
Vi
Sa
Do

Eventos relacionados

Temporada 2025-2026
06 - 07
Nov
2025
>Leningrado por Vasily Petrenko

Leningrado por Vasily Petrenko

Lugar: Palacio Euskalduna,Bilbao

La Sinfonía nº 7 “Leningrado” de Shostakovich, además de ser una de las partituras más importantes del siglo XX, ha quedado como un símbolo de la resistencia contra los totalitarismos. La denuncia de un humanista, usada en su momento con fines propagandísticos, pero cuya visión va mucho más allá, como quedó patente en el “Testimonio” del compositor a Volkov. Todo un acontecimiento en la batuta del prestigioso Vasily Petrenko y su denuncia de la tragedia moral en la invasión de Ucrania.

D. Shostakovich
Sinfonía nº 7 en Do Mayor Op. 60 «Leningrado»

Karmele Jaio, narradora
Vasily Petrenko, director

Información y entradas
Temporada 2025-2026
04 - 05
Dic
2025
>Mozart y lo ancestral

Mozart y lo ancestral

Lugar: Palacio Euskalduna,Bilbao

Gabriel Erkoreka completó en Zuhaitz uno de sus mejores trabajos, imbricando la modernidad de su lenguaje con las tradiciones, la naturaleza y lo ancestral, y contando para ello con la complicidad imprescindible de los músicos de Kalakan. Mozart encontró un paréntesis de felicidad en su breve estancia en Linz, a la que dedicó una de sus más deslumbrantes sinfonías. Y el carácter de serena belleza del programa se completa con Ravel y su evocación de la infancia.

M. Ravel
Ma Mère l’Oye, Suite
G. Erkoreka
Zuhaitz, Concierto para percusión vasca y orquesta
W. A. Mozart
Sinfonía nº 36 en Do Mayor K. 425, «Linz»

Kalakan
Jean Deroyer, director

Información y entradas
Temporada 2025-2026
11 - 12
Dic
2025
>Irrumpe el romanticismo

Irrumpe el romanticismo

Lugar: Palacio Euskalduna,Bilbao

Un programa redondo que atiende al gran repertorio del siglo XIX. Dos obras esenciales para entender la revolución del romanticismo. Schubert exploró con maestría el gran formato en la última de sus sinfonías, una obra que parece anticipar la grandeza de Bruckner, y Beethoven se aventuró en las turbulencias emocionales en su rotundo concierto en do menor, que escucharemos en la interpretación del reciente ganador del Concurso de piano María Canals.

L. van Beethoven
Concierto nº 3 para piano y orquesta en do menor Op. 37
F. Schubert
Sinfonía nº 9 en Do Mayor D. 944 «La Grande»

Xiaolu Zang, piano
Iván López-Reynoso, director

Información y entradas
Temporada 2025-2026
18 - 19
Dic
2025
>El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey

El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey

Lugar: Palacio Euskalduna,Bilbao

Con la tercera parte, El Retorno del Rey, finalizamos el ciclo dedicado a una de las cumbres en la simbiosis entre música y cine, merecedora de 11 premios Oscar, incluido el de mejor banda sonora para Howard Shore. De nuevo la experiencia de la proyección íntegra de la película con la partitura original interpretada por la BOS y las voces de la Sociedad Coral de Bilbao.

H. Shore: El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey

Sociedad Coral de Bilbao
(Enrique Azurza, director)

Coro Infantil de la Sociedad Coral de Bilbao
(J. L. Ormazabal, director)

Por determinar, director

Información y entradas